lunes, 28 de noviembre de 2011

Soy Usted

Era un momento de debilidad absoluta, mientras vaciaba su vida en una caja de cartón se obligaba a no pensar en como había llegado hasta el punto en que se encontraba, donde en el mejor de los casos su existencía se iba a reducir a un puñado de tiempo, que en si mismo carecía de sentido. La situación era clara, o más bien confusa, según usted quiera pensar. Le explico, pero dejeme presentarme antes de nada, soy ‘usted’. No pertenezco a este sujeto del que estamos hablando, pertenezco a usted. De hecho, usted y yo somos la misma persona aunque no acierta a saber porque estamos hablando entre nosotros, eso carece de importancia. Lo importante es el mensaje que tengo que transmitirle. Pero ya hablaremos de eso un poco más tarde.

Mientras cerraba su vida con cinta adhesiva, bueno, entiéndame, su vida es una dramatización de la situación, no es que quiera confundirle, simplemente quería indicar que había recogido todo lo que le pertenecía y lo había metido en una caja, cerrándola posteriormente. Se levantó y comenzó a andar, notaba un calor asfixiante causado por la calefacción que se había encendido hacía muchas horas atrás. La habitación tenía una superficie más bien limitada, 7 metros cuadrados llenos de miseria, de una vida plagada de fracasos.

Perdone mi interrupción otra vez, sigo pensando que esta dramatización de la realidad no refleja los hechos objetivos, básicamente este sujeto se haya andando en una habitación no muy grande con un calor relativamente asfixiante ¿o es que vamos a entrar a valorar si hace mucho o poco calor? Ciñámonos a los hechos objetivos, como los informativos o como la previsión del tiempo., eso de una vida plagada de fracasos… no dramaticemos.

Se agachó tranquilamente, y finalmente se dejó caer en el suelo haciendo un ruido sordo. El suelo estaba frío comparado con el calor del aire, y se notaba una ligera brisa a ras del suelo, proveniente de la separación del suelo respecto a la puerta. Se quedó mirando fijamente al revolver que tenía enfrente de sí mismo. Sollozaba , derrumbado se torturaba intentando entender que le habían llevado hasta allí, hasta una habitación pequeña y sucia en la cual quería dejar su ultimo legado al mundo.

No puedo evitarlo, tengo que intervenir para que usted no tenga una imagen errónea de la situación. Este sujeto simplemente esta reflexionando sentado en el suelo, ¿que esta triste? Bueno, simplemente se le ve decaído si pretendemos valorar la expresión de su rostro, pero ¿Quién no esta serio hoy en día? No se deje engañar, este sujeto es normal y simplemente esta buscando atención. No se deje engañar.

Empezó a gritar, a golpearse la cabeza y el suelo frenéticamente. ¿Por qué?!?!?!?!, repetía incesantemente hasta que sus gritos se fueron convirtiendo en un sollozo apagado, quedándose acurrucado en el suelo poco después, contra la pared, llorando, recordando como su vida se había ido apagando poco a poco, como sus sueños de chaval habían acabado por convertirse en sus pesadillas. Durante un tiempo indefinido estuvo acurrucado, llorando y emitiendo ligeros gemidos.

Se lo repito, no se deje engañar, simplemente busca un poco de atención. Debería dejarle un rato e irse, no crea que está tan mal. Ya verá como se levanta y se va, siempre pasa lo mismo.

De repente cogió el revolver y se lo acerco a la sien, en un movimiento rápido se incorporó de rodillas y apretó el gatillo. Los sesos volaron por la habitación mientras se desplomaba de forma inmediata. Lentamente se formaba un charco de sangre a su alrededor, impregnando la pared que tenía detrás de él de pequeños trozos de si mismo.

Se lo dije, ya le dije que se levantaría. Bueno, puede que me equivocará, pero no se deje engañar, se lo merecía y lo ha decidido él libremente. Ya se que he dicho que tenía que ser objetivo, pero ¿usted ha visto como me ha dejado la habitación el muy hijo de puta? Será cabrón! No, que no le de pena. ¿usted sabe lo que me cuesta de limpiar esto? Coño, no se quede ahí parado y tráigame el mocho.

La puerta se abrió lentamente, el calor asfixiante se escapaba por la misma mientras un sujeto con traje blanco, cubierto totalmente, con una careta, guantes y botas verdes, entraba en el habitáculo con una fregona y diversas botellas. Vació el contenido de las botellas en el suelo y las paredes. Comenzó a limpiar con mucho ímpetu. El tiempo apremiaba.

Ya se lo dije, la gente como esta intenta dar pena pero solo buscan su puto momento de gloria, que alguien le haga caso. El muy cabrón…ha tardado mucho menos que el anterior. Por lo menos ha recogido sus putas cosas.

Tras recoger la caja de cartón y dejar la habitación con un fuerte olor a lejía salió de la habitación y se quitó los guantes. Atravesó un pasillo mal iluminado y desapareció por una esquina. Tras unos minutos apareció de nuevo arrastrando a una mujer, muy desmejorada, casi esquelética. La tenía cogida por detrás de los brazos y la arrastraba sin ningún cuidado hasta meterla dentro del habitáculo. Salió de nuevo y volvió a aparecer con un trozo de pan, un plato metálico, como si fuera para un perro, y un cartel. Entró en la habitación y colocó el cartel en una esquina, y justo enfrente colocó el pan con el plato. Recogío la caja y dejó el revolver en el suelo.

En el cartel rezaba : "Déjeme presentarme. Soy usted."

Salió de la habitación, la cerró y se sentó a esperar. Una sonrisa de oreja a oreja tapaba con disimilo su alma desquiciada y negra.

Bueno, a fin de cuentas lo estamos haciendo bien, no? ¿no le parece a usted? ¿Cuánto cree que podremos aguantar con este sujeto? Creo que le hemos dado todo lo que necesita no? Tiene pan, el cartel y el revolver. Seguro que la muy zorra se pone a llorar, siempre lo mismo. Mierda, la puta caja. Siempre se me olvida la caja …bueno esto es parte de la terapia. Ahora quiero descansar un poco. Tratar a esta gentuza me cansa.

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